Thursday, April 27, 2006

En el invierno , al llegar al mercado, La señora Conepción siempre quiso un café para calentarse . Tuvo miedo de no entenderse con el dueño, no hablaba el idioma y la ponia nerviosa interactuar a señas. Se angustiaba mas mientras la fila se acortaba. Se distraia repasando en su memoria la lista de viveres que se habia rehusado a escribir. Tenia mala letra y mala ortografía, habia terminado la primaria , de eso hacia ya mas de 50 años, asi sin saber escribir muy bien, sin hablar el idioma, sin tener un abrigo adecuado para el invierno habia llegado a donde habia llegado. Sus cinco hijos eran profesionales, 3 eran médicos, su hija publicista y el menor se habia dedicado al arte. Los queria a todos por igual, llegaba al escaparate y pedia su café con seguridad. El vendedor le preguntaba si tenia frío ella decia que si, el le recomendaba que consiguiera un abrigo mas grueso, ella se reía y decia que no, que eran muy feos y muy pesados,que preferia aguantarse el frío y calentarse con un buen café y algo de conversación. Al momento de pagar el vendedor rehusaba recibir el dinero. Doña Concepción siempre se sorprendia y lo regañaba,le decia que no fuera pendejo, que el trabajo vale, que nadie le estaba regalando nada a el. El hombre insistia, no recibia el dinero. Ella, molesta, reorganizaba su abrigo y su bufanda y se iba a hacer sus compras. No recordaba que era lo que habia hecho por ese hombre del café para merecerce esa atención, no se daba cuenta de que acababa de tener una conversación en un idioma que creia no hablar ni entender, era incapaz de sospechar que el hombre del café estaba enamorado de ella.

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